CÓMO SE
CELEBRA EL CARNAVAL EN LOS NUEVE DEPARTAMENTOS DE BOLIVIA
En Bolivia se celebran fiestas regionales de Carnaval,
cada una con su estilo característico. Cada ciudad y departamento vive a su
manera el carnaval, a continuación, te presento una breve descripción de la
celebración en cada departamento de Bolivia.
EL CARNAVAL EN LA PAZ
El
Carnaval se inicia el domingo anterior al corso infantil donde se
"desentierra al pepino" y se inicia la festividad, durante la
semana se escoge a la reina del carnaval y se obliga al pepino a casarse.
Las
Fiestas se inician en la mañana del sábado de Carnaval, con el Corso
Infantil, donde niños y niñas, acompañados de sus padres, desfilan por El
Prado vestidos con disfraces multicolores, jugando con espuma y con mucha
alegría.
El domingo tiene
lugar la Entrada Tradicional del Carnaval Paceño, donde participan distintas
comparsas de baile y danzas.
Y el lunes de
Carnaval se celebra el Jiska Anata, también conocido como Carnaval de
Antaño, donde las personas disfrutan de las festividades tal y como se
celebraban en el pasado, con trajes antiguos y de gala. Los bailes de los
pueblos llegan a amenizar con su alegría y tradición esta festividad. El
personaje típico es El Hiskanata, un personaje de antaño recuperado
recientemente.
El martes se
festeja el Martes de Challa. Es el día en que se realiza la tradicional
"challa" sobre los bienes de las personas, dándole las gracias a
la Madre Tierra, la Pachamama, con fiesta, cuetillos, serpentina y
mixtura.
El domingo
de esa semana se realiza el "entierro del pepino" en el Cementerio
General finalizando estas fiestas.
EL CARNAVAL EN SANTA CRUZ
Refleja el
espíritu alegre del pueblo cruceño. Comienza un mes antes con las fiestas
"precarnavaleras" en las que participan todas las comparsas juveniles
encabezadas por su Reina. Una semana antes del carnaval se lleva a cabo el
minicorso en el cual se realiza la proclamación de la soberana anual del
Carnaval.
A partir
del atardecer del sábado y hasta el amanecer del domingo de carnaval tiene
lugar el deslumbrante corso en el que participan alrededor de 300 comparsas.
Las mismas recorren las calles de la ciudad al ritmo de bandas y
"tamborita". En el recorrido el visitante podrá admirar un marco
desbordante de lujo y colorido en hermosas fantasías, impresionantes carros
alegóricos que transportan a las reinas, también percibirá el intento por rescatar
los motivos regionales y el respeto al medio ambiente.
El
espectáculo adquiere su máxima fastuosidad cuando ingresa la reina del carnaval
cruceño con toda su corte constituida por los integrantes de la comparsa
coronadora. En estas fiestas la mujer es la principal protagonista pues, al
estar completamente disfrazada, hace de las suyas escogiendo pareja,
coqueteando e invitando a bailar a los varones que asisten a dichas fiestas. El
público podrá apreciar que la entrada de los grupos está dividida en tres bloques
folklóricos: regional, nacional e internacional.
También
participan de esta fiesta conjuntos típicos, entre los que destacan los de la
Chiquitanía que entran acompañados de tamboristas al son de chovenas (ritmo
oriental). El frenesí continua el domingo, lunes y martes, días en que la
población baila y se divierte en las calles céntricas de la ciudad jugando con
agua, pintura y espumas, viviendo momentos de total alegría.
EL CARNAVAL DE ORURO
El Carnaval de Oruro, es una celebración religiosa y
un proceso cultural de interculturalidad e intangibilidad que rebasa los 2000
años de antigüedad que, por medio de la creatividad, la continuidad y la
ritualidad llegó a constituirse en un modelo de “Obra Maestra del Patrimonio
Oral e Intangible de la Humanidad” (UNESCO) capaz de generar manifestaciones
culturales parecidas en otros espacios geográficos. La fiesta fue transformada
en ritual cristiano, la Virgen Candelaria (Virgen del Socavón) celebrada el 2
de febrero, y la tradicional “lama-lama” o “Diablada”, se convirtió en el baile
típico, propio y principal de Oruro, Bolivia. A lo largo de la festividad
participan más de 48 conjuntos folklóricos distribuidos en 18 especialidades de
danzas que realizan su peregrinación hacia el Santuario del Socavón cada sábado
de carnaval en la tradicional “Entrada”. El carnaval de Oruro al ser la
conjunción de más de 28000 danzantes, cerca de 10000 músicos distribuidos en
150 bandas, baile callejero con un escenario repleto de más de 400000
espectadores del país y extranjeros en casi cuatro kilómetros de distancia, en
una reunión inimaginable de niños, niñas, mujeres y hombres, que cantan, bailan
y trabajan, en honor a la Virgen del socavón, Patrona de los mineros y Reina
del folklore de Bolivia. Llegó a convertirse en un centro de irradiación de
danza y música de Diabladas, morenadas, caporales, tobas, tinkus, etc. y
constituirse de esta forma en una “Obra Maestra del Patrimonio Oral e
Intangible de la Humanidad”.
EL CARNAVAL DE COCHABAMBA
En Cochabamba, las fiestas precarnavaleras empiezan
dos jueves antes del domingo de carnaval con el "jueves de compadres"
y continúan una semana después con el "jueves de comadres", día en
que algunas comunidades campesinas realizan también su entradal. Para la
entrada se organizan grupos de gente que, enganchados del brazo, recorren las
calles y campos, enfilados por parejas, a paso ligero y acompasado, zapateando,
jaleando, haciendo curvas y ruedas en medio de gritos, aplausos y silbidos de
los espectadores. Detrás de cada comparsa camina los músicos que tocan
charangos, guitarras y acordeones.
Si en las capitales de provincia, el carnaval se
realiza de sábado a martes, en algunos lugares del campo se prolonga hasta el
siguiente jueves e inclusive el domingo de tentación, denominado kacharpaya
(despedida). Las fiestas dan paso, además, a las visitas entre comunidades,
parientes cercanos, ahijados y amigos.
Durante los carnavales, los campesinos lanzan confites
a sus sembradíos. Pero es el martes de ch'alla cuando realmente se agasaja a la
Pachamama con flores, chicha, serpentina, mixtura y comida. Ese día también se
pide a la Madre Tierra buenas cosechas, salud y prosperidad.
La música y el baile están presentes en cada escena
del carnaval valluno, al igual que los "takipayanakus" o
contrapunteos, certámenes espontáneos de copleros que se organizan cuando dos o
más pandillas se encuentran. Las coplas tienen carácter gracioso y pícaro y son
cantadas indistintamente en quechua y español; su estructura responde a esquemas
tradicionales, pero siempre renovados con la improvisación de letras actuales.
CARNAVAL DE TARIJA
El carnaval en Tarija es una fiesta largamente
esperada. Se organizan las tradicionales comparsas que surgen de los barrios
más importantes de la ciudad.
Con el propósito de planificar actividades, inscribir
a participantes de ambos sexos (en algunos casos sólo hombres o mujeres),
cambiar ideas sobre los disfraces, organización de fiestas, nombramiento de
padrinos y madrinas. Los participantes se reúnen en casas particulares de las
que salen bailando y divirtiéndose hasta la plaza principal donde se remata el
recorrido con cuecas, ruedas y mojazón en la pileta central.
Dos jueves antes de la festividad se celebra la
tradición de los nombramientos de "Compadres" y "Comadres".
Los participantes se reúnen en lugares determinados y desde allí se dirigen a
la plaza Luis de Fuentes, punto obligado de remate, portando sus canastas
artísticamente decoradas con frutas de la época, caramelos y golosinas caseras,
choclos, serpentinas, banderitas, globos y otros que acompañan a la tradicional
"torta de compadres y comadres".
Un jurado especial, determina premios para los mejores
arreglos. Los bailes son de tipo folklórico y los músicos interpretan el
"erque", caja y bombo.
El domingo de carnaval, empiezan a concentrarse desde
muy temprano a lo largo de la calle General Trigo, todos los niños que
participan en el corso infantil. De igual manera, por la tarde, el mismo ritual
para los mayores que se presentan en comparsas, solos o por grupos luciendo
ingeniosos disfraces y personificaciones especiales. Participan citadinos,
campesinos, trabajadores, militares, en fin, el pueblo en general, visitantes y
propios del lugar.
La fiesta del carnaval reúne a la comunidad los tres
días siguientes, el lunes y martes se visitan los alrededores de la ciudad, en
las siempre verdes y acogedoras campiñas de San Luis, Tomatitas, El Rancho, San
Lorenzo, donde la gente se traslada a libar las deliciosas chichas de maíz y
uva, cantar coplas y contrapuntos, bailar ruedas con erque y caja.
En la ciudad los barrios se engalanan y se adornan
para el intercambio de visitantes que acuden a jugar con agua, mixtura y
harina.
El miércoles de ceniza, es día de descanso corporal y
espiritual. Está dedicado a los paseos a lugares más tranquilos. Luego, la vida
retorna a su normalidad hasta el sábado y domingo de tentación, días en que se
despide y entierra el carnaval con diferentes ceremonias especiales.
CARNAVAL DE CHUQUISACA
El "Carnaval grande de Sucre" tuvo una época
de oro. Los mejores años fueron los comprendidos entre 1920 y 1950. Era una
manifestación de los distintos estratos sociales los que, a través de corsos,
entradas, juegos con mixturas de papel picado, con agua, cascarones de agua
perfumada y carros alegóricos, celebraban alegremente por las calles de la colonial
Sucre, acompañados de música tradicional.
En algunas casas, las señoras y jovencitas esperaban a
los varones bailarines con emparedados de palta con locoto, picantes de pollo y
lengua y rica chicha chuquisaqueña. Estas costumbres han perdido terreno.
La proximidad de las carnestolendas se anuncia el
"jueves de compadres", dos jueves antes del domingo de carnaval,
seguida del "jueves de comadres", un jueves antes. Son
características de ambos días las tortas, arreglos florales, frutales y consumo
de vino y chicha.
El martes de challa se celebra en honor a la
Pachamama, se toma la bebida típica que es la chicha culli y se comen
golosinas, confites de maní, nuez, almendras de color blanco y rosado.
El miércoles de ceniza las comparsas de origen campesino,
es decir las pandillas, se dirigen bailando hacia la zona de El Tejar, donde
antiguamente se reunían y se iniciaba una guerra de papangos (fruto verde de la
planta de papa).
El jueves de Surapata, este día, las pandillas se
dirigen al Morro de Surapata, donde al son de salaques, bailecitos y cuecas,
despiden el carnaval.
CARNAVAL DE BENI
El carnaval en la ciudad de Trinidad es celebrado con
la alegría propia de los pueblos moxeños. El domingo se realiza la entrada de
las comparsas, donde puede verse disfrazados con motivos nativos y criollos,
siempre evocativos de la naturaleza del llano.
El mismo día los trinitarios acostumbran jugar con
agua, harina coloreada con tintas, serpentinas, papel picado y talco perfumado.
En cada sitio la comitiva se engrosa con el paso de los días: el carnaval llega
a todas partes. Acompañan esta peregrinación, numerosas bombillas y orquestas.
Las bombillas están formadas por una caja, un bombo y
una flauta; las orquestas por mandolinas, guitarras, y flautas, violines,
concertinas y acordeones. Se baila carnavalitos, machicas, zambas y taquiraris.
En el área rural del Beni, el Carnaval se celebra en
el rancho, a donde llegan las gentes en carretón adornado también con flores, a
caballo, o en bueyes también enflorados. Luego, pasados los bailes y
libaciones, la caravana visita otros ranchos.
La costumbre de "enterrar" el Carnaval, en
Trinidad se efectúa el miércoles por la tarde. El centro de la despedida es la
plaza Ballivián, donde hasta 1932, una persona solía disfrazarse de negro,
portando un gran muñeco que representaba el Carnaval difunto. Las comparsas
seguían al disfrazado hasta las cercanías del cementerio, donde el muñeco era
enterrado. Este desfile se efectuaba al son de una melodía fúnebre llamada
Atatango.
CARNAVAL DE POTOSÍ
Una de las tradiciones más arraigadas en Potosí es,
sin duda, la famosa "ch'alla del martes de carnaval". Ese día las
"cancha-pampas", los socavones mineros, los ingenios para la molienda
de minerales, viviendas particulares, al igual que las casas de hacienda,
terrenos de cultivo, movilidades de transporte y todo cuanto se ha adquirido
reciben el enflorecimiento o alegoría, como un reconocimiento al poder
espiritual de la Pachamama.
Se dice que, si la casa, la mina o los objetos propios
de cada familia, no reciben la ch'alla, con el convite y del tradicional ponche
potosino, seguro no tendrá la gracia o favor que ofrece el espíritu de la madre
tierra.
Había también la costumbre de realizar la wilancha
(sacrificar) a la llama y la alpaca, con cuya sangre regaban las puertas de sus
casas, las bocaminas, los ingenios y todo lugar de trabajo, pidiendo a la
Pachamama properidad en la cosecha, el comercio, en la mina y salud.
Para el carnaval aparecen diversos trabajos de
artesanía, como ser: figurines de papel y paja brava, las banderitas de papel a
todo color; luego, las canastillas del mismo material, junto a las cenefas,
rosones, pelotillas de papel, cadenillas, banderillas en hilo y paja, estrellas
de papel estañado, bolsitas de color, payasos de papel, pepinos, negras,
herrajes, abanicos, campanas a color y otros figuines trabajados en papel seda
que representan a ciertos animales propios del lugar.
Aquí, no podemos dejar de mencionar aquellos trabajos
artísticos en papel a color, en forma de cholitas potosinas, artísticos
diablillos, mariposas, condorcillos, llamas con cargamento, figuras humanas
representando a los nativos de una otra provincia de Potosí, así como
chiriguanos y otros lugareños de las selvas bolivianas.
A toda esta artesanía trabajada en papel, se añade las
distintas clases de florecillas de campo, tales como la pampa-tika, flor
ramosa, altea, flor zapatilla, amor seco, rumisa, chajramistura, sunchutika,
flor saliva de la Virgen, tantana, tani-tani, flor mixtura silvestre, rosas
deshojadas y las hojas largas de maizal, llamadas "atis".
En cierta forma, los carnavales potosinos, motivaron
en tiempos lejanos, cantar coplas o los "Takipanacus" de las diversas
comunidades rurales.
CARNAVAL DE PANDO
El carnaval de Pando reune las raíces de los numerosos
grupos que llegaron aquí desde diversas partes del mundo: del lejano oriente,
del oriente medio, de Europa, los afro-portugueses, los altiplánicos bolivianos
y naturalmente los dueños de casa: araonas, pacahuaras, chácobos, esse ejjas,
yaminahuas y otros.
Las dos últimas "entradas de carnaval" son
en el mejor ejemplo de la característica cosmopolita de Cobija: comparsas
imitadoras de la "escolas do samba", saltarines pachangueros de los
ritmos tropicales y los seguidores del carnaval oriental, el taquirari y la
saya.
Y en medio del ritmo se aprecia la belleza de las
reinas con vestimentas y rasgos del medio oriente. Parecen más bien aquellas
atractivas bailarinas de la danza del vientre.
Para completar el cuadro, los descendientes de los
inmigrantes del lejano oriente: japoneses y chinos, no se quedan atrás con sus
atractivos colores amarillos y rojos y al ritmo de cualquier compás.
Las expresiones locales también han comenzado a tomar
cuerpo, luego de que algunos investigadores y antropólogos confirmaron que los
grupos amazónicos originarios eran muy adictos a las fiestas: los danzarines
con trajes de corteza de árboles son un verdadero atractivo.
Muchas de esas manifestaciones nativas estuvieron a
punto de desaparecer por la persecución y casi exterminio de los grupos
originarios. Ahora las organizaciones que agrupan estos pueblos han comenzado a
recuperar sus raíces culturales y entre ellas, de las fiestas y bailes.
El colorido y la alegría parecieron completarse con la
saya, que ahora ha invadido también las vecinas poblaciones brasileñas: las
polleras largas y cortas y los atléticos saltos de los bailarines le han dado
al carnaval amazónico un nuevo impulso.